Muchas palabras vienen inmediatamente a la mente cuando se habla de la arquitectura de Marc Barani: rigor, sencillez, eficiencia, potencia, arcaísmo, respeto por el paisaje…
Por nuestra parte sólo retendremos tres que, complementándose entre sí, permiten calificar de manera bastante precisa esta andadura que, aunque aparentemente se inscriba en la blanca modernidad, incuba rupturas radicales. Territorio, masa, infraestructura: tres palabras relativamente exclusivas.
TERRITORIO
Esta es la primera constante de todos los edificios del arquitecto de Niza: la manera en que saben, más allá de la ciudad y sus escenografías falaces, buscar un soporte aún más fundamental, una roca, un zócalo. Todos tienen en cuenta el menor desnivel, la más mínima grieta, para anclarse mejor en la geografía.
MASA
Concibiendo el espacio como un relieve atravesado de parte a parte por vías de comunicación, los edificios, cualquiera que sea su programa, tratarán de alcanzar la masa crítica que les permita desarrollar su propia fuerza de atracción...
INFRAESTRUCTURAS
Más fundamental y secreta, está enterrada en una red y opera por encima una primera determinación del espacio que permite la emergencia de estructuras y volúmenes.
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