Iñaki Gabilondo entrevista al autor de obras como la ampliación del Prado o el Kursaal en el próximo programa. Implicado ahora mismo en varios proyectos, entre los que destaca un laboratorio para neurociencia en la Universidad de Princeton, Rafael Moneo denuncia que su profesión es de las que más está sufriendo la crisis.
A pesar de reconocer la importancia del premio, el único español distinguido con un Pritzker admite: "Para mí supuso sobre todo la idea de no fantasear con que pudiera ocurrir, quitarme de encima esa ambición". También han charlado del Príncipe de Asturias y de su paso por Harvard como profesor.
Un repaso también por el significado de sus obras más distinguidas. Y por el camino, declaraciones como: "A lo máximo que puede aspirar un arquitecto es a que aquello que hace en vez de sentirlo como propio, pertenezca a la sociedad".
Declara Moneo que detrás de una buena arquitectura hay un buen cliente y es importante que el arquitecto sienta el buen juicio que éste impone. A la pregunta de qué siente al pasar por delante de una de sus obras, responde: "Me sorprende el atrevimiento que tuve un día y me pregunto si lo que hago aún tiene ese atrevimiento". +info
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