Fotografía: cortesía de Marcos Murillo
Compartimos hoy con vosotros el proyecto realizado por la dupla de arquitectos Rogelio Ruiz Fernández y Macario Luis González Astorga para la ampliación de un edificio público existente de una pieza exenta para un uso deportivo en la localidad asturiana de Mieres. Con un programa mínimo y sin servidumbres entre edificios de diferente momento constructivo, el proyecto optimiza recursos expresivos para, a través de soluciones estructurales y constructivas racionales, asegurar una perfecta funcionalidad de su espacio interior.
Un gimnasta no tiene porque no tener cabeza, a pesar del poco dinero, pensamos en dar que pensar al que hace deporte, mientras lo hace. Este proyecto no tiene apenas servidumbres funcionales ya que recepción, calderas, servicios, duchas… se encuentran en un edificio anterior de piscinas. Por tanto se trata de una pieza casi exenta que unimos por un pequeño istmo a un edificio público ya existente.
En realidad construimos una sección. Las vistas al sur, que es la fachada del edificio que se ve al entrar a Mieres desde la autopista, son bonitas hacia la montaña pero esta orientación puede ser muy molesta a la hora de entrenar. Por ello esta fachada se convierte en un vuelo que nos quita el rigor del verano y una serie de orejas, de vigas forradas, que impiden las entradas de rayos matutinos y del atardecer de menor inclinación. Esta fachada se parte y disminuye su escala para ser un volumen en tamaño similar a los ya construidos.
Los materiales están utilizados en el sentido de Semper, en su textura, el metal se ve metal, los paneles de madera OSB forran las paredes, el hormigón betón. Las orejas metálicas en chapa lisa, la banda horizontal de chapa ondulada, que se apoya sobre el cristal, abajo el hormigón que sale de cimentación mostrando la madera de su encofrado, y los testeros, más mudos, hechos con un despiece en hormigón prefabricado, rota, explicativa la esquina. Monocromático pero riqueza en texturas, hacen que en vez de tectónico parezcan naipes de distintas barajas.
La fachada norte es una banda superior de cristal, desmochado aquí el vuelo, que deja ver el cielo, desde la calle apenas se ve el cristal saliendo sobre el seto. En el interior la madera favorece el cálido uso deportivo y el uso de paneles de viruta en el techo nos permite una absorción acústica que favorece el confort en el uso previsto (montamos los paneles sobre u para evitar la rotura de lengüetas con el uso). Una puerta abatible en tramos permite la división para dar flexibilidad en distintos usos.
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