8.11.13

Racons Públics: Can Rigalt

Fuente: arquinfad


Última convocatoria de Racons Públics, tercera edición, en Sant Adrià del Besòs, municipio situado en la desembocadura del Besòs entre los de Barcelona, Santa Coloma de Gramenet y Badalona, con los que forma una continuidad urbana compacta.

Este emplazamiento central estuvo a punto de poner en peligro su autonomía en el pasado. En 1929, un decreto real hacía desaparecer el municipio repartiendo su territorio entre Barcelona y Badalona con el Besòs como línea divisoria. El decreto no llegó nunca a aplicarse y en 1958 la agregación fue finalmente anulada.


El río ha determinado desde siempre la vida del pueblo. La colonización tardía de su territorio se explica por la naturaleza húmeda del terreno de marismas y lagunas y por las frecuentes riadas del Besòs (las besosadas). 


Todas las ciudades tienen historias que contar y que transmitir. Sant Adrià ha sobrevivido a pesar de un medio natural hostil y a pesar de la presión de las ciudades vecinas que querían apropiárselo para ubicar instalaciones y actividades molestas o insalubres. Es cierto que las huellas más conocidas del pasado que nos han llegado hasta hoy pertenecen a la historia del siglo XX: las tres chimeneas que se han convertido en un icono de la ciudad y el refugio antiaéreo de la placeta Màcia rehabilitado y recuperado como espacio museístico y de la memoria. 

Pero quedan vestigios que cuentan una historia más antigua y remontan a la época en la Sant Adrià de besòs era un paraje rural y agrícola. En el barrio de Sant Adrià Nord, en el cruce de la carretera de Santa Coloma de Gramenet con el antiguo camino Real de Mataró, en el limite con Badalona, sigue en pie la masía de Can Rigalt, construida a finales de siglo XVII. Se trata del edificio más antiguo del municipio. La primera referencia histórica que encontramos es el catastro de 1740 en el que aparece junto con las 18 casas que existían entonces y donde Miquel Rigalt consta como propietario. 

Todas las ciudades tienen historias que contar y que transmitir. Sant Adrià ha sobrevivido a pesar de un medio natural hostil y a pesar de la presión de las ciudades vecinas que querían apropiárselo para ubicar instalaciones y actividades molestas o insalubres. Es cierto que las huellas más conocidas del pasado que nos han llegado hasta hoy pertenecen a la historia del siglo XX: las tres chimeneas que se han convertido en un icono de la ciudad y el refugio antiaéreo de la placeta Màcia rehabilitado y recuperado como espacio museístico y de la memoria. 

Pero quedan vestigios que cuentan una historia más antigua y remontan a la época en la Sant Adrià de besòs era un paraje rural y agrícola. En el barrio de Sant Adrià Nord, en el cruce de la carretera de Santa Coloma de Gramenet con el antiguo camino Real de Mataró, en el limite con Badalona, sigue en pie la masía de Can Rigalt, construida a finales de siglo XVII. Se trata del edificio más antiguo del municipio. La primera referencia histórica que encontramos es el catastro de 1740 en el que aparece junto con las 18 casas que existían entonces y donde Miquel Rigalt consta como propietario. 

Con esta última convocatoria, se vuelve a los primeros intereses con un verdadero rincón, resultado de las diferentes lógicas urbanas surgidas a lo largo del tiempo y donde un ejercicio de acupuntura urbana podría dar valor y reconocimiento a un entorno patrimonial de calidad, de interés histórico y de intensidad urbana. 

Esta convocatoria finalizará el 29 de noviembre de 2013. +info

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