El proyecto como proceso que no tiene un final. Una obra acaba pero también a medias. La reforma para una vivienda en el barcelonés passatge Batlló obra del joven arquitecto catalán David Sebastian, recientemente nominado junto a Gerard Puig para el Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe 2013 por su proyecto de Escuela de arte y diseño en Amposta; es una operación concreta en un piso pequeño de unos 100 años de historia donde el aprovechamiento de los valores y elementos existentes y la estrategia de ocupación repercuten en la mejora de las condiciones espaciales interiores.
Las necesidades del cliente de la obtención de mayor cantidad de luz, espacio y almacenaje en una vivienda situada en la primera planta de un tranquilo pasaje y con un gran patio; se resuelven tras la disposición de tabiques de obra en sentido longitudinal a la planta que, yendo de interior a exterior, conectan con cubiertos existentes y relacionan ambos ambientes.
Elementos transversales de madera entre tabiques que no solamente propician armarios verticales y horizontales, si no que no llegando al techo y permitiendo visuales entre dependencias; contribuyen a la mayor amplitud espacial y liberan las fachadas al concentrar los servicios.
La concatenación visual de espacios, y la ocupación del espacio exterior no solamente, mediante dichos elementos sino con la prolongación de franjas del pavimento de mosaico; permiten el difuminado de los límites entre interior y exterior.
La colocación de las ventanas de madera, exteriores a la fachada, así como los espacios de almacenaje que ocupan el interior cohabitan con techos de vuelta catalana o piezas de pavimento hidráulico en una arquitectura que permite leer los diferentes momentos históricos en que ha sido formada.
Tanto la reforma en Passatge Batlló como l’Escola bressol de Vilanova del Vallès pertenecen al conjunto de obras de la exposición de jóvenes arquitectos catalanes “Materia Sensible”.
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