24.8.14

ACTE 29: Martí Anson. Pabellón catalán, Arquitecto anónimo

Fuente y fotografía: Fundació Suñol


Hasta el 6 de septiembre, el Nivell Zero de la Fundació Suñol presenta el ACTE 29: Martí Anson. Pabellón catalán, Arquitecto anónimo, un proyecto que toma como punto de partida la casa de vacaciones que Joaquim Anson ideó y construyó para su familia en los años setenta. Su hijo Martí la ha reconstruido con el objetivo de reivindicar la arquitectura anónima y sirviéndose del icono de los pabellones nacionales de las exposiciones universales. El Pabellón catalán se presentó por primera vez en el Palais de Tokyo de Paris en 2013.


A principios de los años 60, Joaquim Anson se dedicaba a la creación de muebles de madera de manera altruista en Mataró. Su objetivo era hacer muebles a un precio asequible, siguiendo una cierta tendencia de la época centrada en la cooperación entre profesionales de diferentes disciplinas. Arquitectos, abogados, administradores, gestores y artesanos trabajaban conjuntamente en varios proyectos, apostando por las prácticas comunitarias y rompiendo con el sistema jerárquico de la dictadura. 



Siguiendo el espíritu de la edificación barata, Joaquim Anson, que no era ni arquitecto ni constructor, se planteó la construcción de una casa de vacaciones para su familia. Después de comprar un solar en las afueras de un pueblo de La Garrotxa, se lanzó a la construcción pensando que era posible disponer de una casa a bajo coste utilizando el mínimo necesario de materiales. Por esa razón, diseñó una casa en que la construcción con ladrillos cubría todas las necesidades, tanto a nivel de estructura como de mobiliario, que se incorporaba directamente a la obra de ladrillo. La economía del espacio era uno de los puntos esenciales de la edificación. Un edificio como un mueble. 

En el año 2013, con motivo de la presentación en el Palais de Tokyo de Paris, su hijo Martí Anson decide reconstruir la casa. Se trata de una estructura de madera desmontable, que se puede volver a montar en pocos días y sin la ayuda de profesionales. La construcción de Anson rinde homenaje a los constructores anónimos que realizaban proyectos que se concretaban en edificios sencillos, funcionales y asequibles. 

De esta manera, pone en valor los conocimientos y el know how del patrimonio local, como hacen los pabellones nacionales de las exposiciones universales e internacionales, que representan las ideas de un país a partir de la forma arquitectónica en que se concretan. Así pues, la casa familiar es también un “pabellón catalán” y adquiere así un cierto significado político, aquel que reivindica una forma de acción anónima y cooperativa. +info

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