Fotografía: Català Roca
Situado en una parcela próxima a la avenida Meridiana de la ciudad condal de Barcelona, el Canódromo Meridiana es, junto con el proyecto residencial de La Ricarda (1949-1963), la obra más significativa del maestro catalán Antoni Bonet i Castellana (1961-1964) junto con Josep Puig Torné.
Habiendo iniciado su carrera profesional junto con nombres históricos de la arquitectura española como Josep Lluís Sert y Torres Clavé; Bonet i Castellana ostenta una trayectoria que, pasando por diversas fundaciones como el MIDVA (Muebles y decoración para la vivienda actual), el GATCPAC o el Grupo Austral en su época en Argentina, culmina con la consecución del FAD en 1963 gracias al Canódromo Meridiana.
Con una forma que viene derivada de las necesidades del encargo y que establece una unión entre el propio edificio y la pista, que ocupa dos tercios del solar; el proyecto consiste en la generación de la zona de gradas, la propia cubierta, y una serie de servicios vinculados a la actividad deportiva en dos plantas de forma parabólica.
La estructura, resuelta en acero a partir de perfiles laminados para dotar de mayor esbeltez y ligereza la propuesta; funciona a través de tres líneas de pilares en la que el vano central, con perfiles de mayor resistencia, sostiene tanto la planta superior como la cubierta, cuyo balanceo se evita gracias a tirantes que atan las vigas.
El sencillo programa, jerarquizado situando los servicios en la planta inferior, deja a la estructura como principal condicionante formal y tectónico del conjunto.
Además del negro acero de jácenas y correas, el carácter del edificio se completa con el tono gris plomo de los pilares, la tirolesa blanca de cerramiento y el pavimento de hormigón lavado.
Año: 1961-1964
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