Este proyecto no construido del grupo de arquitectos japonés FBA para una casa en la localidad de Karauizawa, un conocido destino turístico para todas aquellas personas que viven en Tokyo y que pretenden a alejarse de la gran ciudad en el que destaca el paisaje natural.
“De la forma pura a la formación adaptable”. El proyecto para esta residencia se define bajo las máximas del respeto a la vegetación como elemento generador de la casa, la situación, en la cima de una colina que desciende a un arroyo y un parque protegido; y el deseo de los clientes de tan solo ver naturaleza una vez se hubieran alejado de la gran urbe japonesa.
El edificio pretende hacerse invisible y dejar que el verde sea el protagonista escondiéndose en la pendiente y adaptando el esquema tipológico de peine a la topografía. De esta manera a través de la espina de la residencia que constituye el hall y el espacio principal, se suceden un conjunto de dedos y de patios que separan las diferentes habitaciones y dependencias. Estas dependencias acaban por verse separadas por estos espacios en los que crece la vegetación tanto dentro como alrededor, logrando fundir el edificio con la naturaleza.
La colocación del edificio asegura que en el propio recorrido de acceso a la vivienda ésta se esconda tras la topografía a la que se adhiere, apareciendo de forma paulatina a medida que uno se aproxima a la entrada. La casa se abre completamente a las vistas en dirección al descenso de la colina.
Año: 2008
Superficie: 207 m2
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