La exposición internacional de París de 1937 se desarrolla entre los meses de mayo y noviembre bajo el esperanzador lema “Por el progreso, el trabajo y la paz” en un marco social y político de tensiones y conflictos de entre los que destacaba la Guerra Civil española como muestra de la lucha en Europa entre la democracia y el autoritarismo.
Bajo estas circunstancias, el desarrollo arquitectónico de la muestra se diversificaba tanto en pabellones de expresa monumentalidad como los de Alemania o la URSS como en arquitecturas racionalistas entre las que destacaba el Pabellón de la República Española, realizado por los arquitectos Josep Lluís Sert y Luís Lacasa en la que es considerada la última obra del GATEPAC.
Bajo la voluntad de servir de pantalla y ofrecer la actividad social, cultural y económica a la vez que recabar ayuda internacional y proclamar la vigencia de una República asediada; el pabellón español se traduce en una propuesta propia del estilo internacional en el que materiales modernos y funcionales se aplican para llevar a cabo esquemas tradicionales como la distribución entorno a un patio.
De planta rectangular y 3 pisos expositivos, la construcción de sencilla estructura busca el concilio entre el humanismo y la modernidad de un país que disponía, gracias a la generación del 27, personalidades de gran relevancia en todos los ámbitos artísticos.
De entre todo el muestrario artístico que presentaba el pabellón a lo largo de todo el recorrido expositivo, la pieza de mayor relevancia era el Guernika de Picasso, como ejemplo de la carga simbólico de dicha exposición.
Año: 1937
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