Fotografía: afasia
Tarragona, situada estratégicamente en una colina, tiene una estrecha relación con el Mediterráneo. Esta dualidad geográfica permite encontrar puntos tan privilegiados como este estudio, uno de los pocos bajos de la ciudad con vistas al mar.
El proyecto trata de recuperar el espacio ocupado durante mucho tiempo como almacén para transformarlo en un lugar de trabajo amplio y luminoso.
La intervención se estructura principalmente en tres acciones.
Desnudar. Descubrimos la estructura original del edificio construido el año 1931, la casa Antoni Rosell Fortuny, del arquitecto Francesc de Paula Morera Gatell, añadiendo una nueva capa a la primera reforma del espacio realizada por Joan Tous Arquitectos. Repicamos algunos muros para recuperar el espíritu original, dejarlos respirar y evitar así su deterioro a causa de las humedades.
Abrir. Potenciamos la relación interior exterior fomentando el contacto visual con el mar. Eliminamos las divisiones que tapiaban los arcos transversales conectando visualmente todo el estudio con el espacio común de acceso y el espacio público exterior. Los arcos estructuran y ordenan el espacio.
Habitar. Definimos y personalizamos el estudio mediante diferentes piezas de mobiliario de madera de pino que se adaptan al espacio y a las actividades que se desarrollan.
Año: 2015
Superficie: 32m2
Presupuesto: 10.520€ Mobiliario: 5.076€ Obras: 5.444€.
Ubicación: Tarragona
Me he enamorado! Es un estudio precioso, los colores, la estructura, el diseño... todo parece sacado de un cuento, me ha maravillado
ResponderEliminar¡Qué fascinante transformación! El enfoque de NUA arquitectes en desnudar, abrir y habitar este espacio revela una profunda comprensión de la historia del edificio y su entorno. La conexión visual con el mar y la integración de elementos de madera de pino dan vida a un ambiente inspirador y funcional. Este tipo de proyectos resaltan la importancia de la arquitectura para mejorar nuestra relación con el entorno urbano.
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