Fotografía: Adrià Goula
La cerámica en diferentes formatos es el hilo conductor de un recorrido a través de varios espacios impregnados de esencia mediterránea, el bar, la cocina y el patio.
La cerámica nos acompaña durante todo el recorrido, acercándonos a los valores que nuestro cliente pretende transmitir: naturalidad, humildad y respeto a la historia y herencia del Mediterráneo. Pero en cada uno de los espacios se transforma en un nuevo material que nos ayuda a dotar cada zona de singularidad.
La cocina es el horno, real y metafórico, el espacio donde se cuecen todas las historias de la casa. La cerámica en su formato más humilde y bruto, piezas de ladrillos recién horneados en su color tierra original construye un límite permeable a la vista del cliente, y muestran el interior de este horno, dorado y caliente.
Atravesando las entrañas de la cocina llegamos al comedor principal, un espacio amplio y luminoso que se mimetiza visualmente con la terraza y que nos permite descomprimir la mirada y el espíritu, transportándonos fuera de la ciudad, a un ambiente más natural. El blanco nos envuelve en paredes, techos y suelos, superficies que se agujerean a través de un orden caótico, como si de un pueblo mediterráneo se tratara.
A través de estos huecos o ventanas los límites del espacio se desdibujan, y a través de ellos aparece el color, siempre mediterráneo, como el verdor de los arbustos, el amarillento de la genista o el azul del cielo.
Año: 2014
Superficie: 520m2
Ubicación: Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario