Los enfrentamientos entre ciudades son propios de la cultura artística y arquitectónica. Nueva York robó la idea de arte moderno a París. La Florencia renacentista construyó su identidad obsesionada por despegarse del pasado de Roma. La catedral gótica era la expresión artística urbana por excelencia de la Baja Edad Media que las demás ciudades tomaban como reto de superación. Budapest quiso emular a Viena. Liverpool pretendió superar a Londres. Nueva York se adueñó de Chicago. La arquitectura norteamericana de la segunda mitad del siglo XX deambuló entre las dos costas del país. Venecia se midió con Constantinopla. San Petersburgo quiso ser una nueva Roma. De modo que, cada ciudad busca reflejos en otras ciudades que le sirvan de base para legitimar su proyecto en las distintas posibilidades que contiene este verbo.
La expresión más productiva de todo ello la encontramos en la actividad del Centro Georges Pompidou al organizar una serie de exposiciones y catálogos modélicos en este aspecto: París-Nueva York, París-Berlín, París-Moscú. Los enfrentamiento producían otros modos de mirar la historia del arte y la arquitectura de estas ciudades que relativizaban y enriquecían modelos interpretativos.
Nuestro momento presente se ocupa de mostrarnos la enorme polarización ideológica de los proyectos nacionalistas que han construido la identidad de la península ibérica en la Edad Moderna. A partir de ello el curso busca desglosar estas relaciones que la arquitectura hace visibles, centrándose en las dos ciudades más representativas de esta situación: Madrid y Barcelona.
Esta marcada situación responde a diferentes causas a lo largo del tiempo: la construcción de edificios para los poderes fácticos; los diferentes sistemas de enseñanza desde que se consolidan las dos Escuelas de Arquitectura; las distintas maneras de interpretar las fuentes internacionales de la arquitectura; las relaciones entre los profesionales y sus distintas manifestaciones (GATEPAC, Pequeños Congresos, Arquitecturas Bis); los programas ideológicos de ambas ciudades (Manifiesto de la Alhambra, La Escuela de Barcelona).
El curso repasará, centrándose en proyectos y edificios concretos, tres aspectos en los que estas situaciones se acentúan: acercamientos, afirmaciones e intercambios.
Los acercamientos plantean desplegar un panorama presidido por arquitecturas y actitudes que buscan establecer lazos y relaciones de afinidad entre ambas ciudades: desde las polémicas del hierro y las nuevas tecnologías en la arquitectura del siglo XIX, los traspasos de modelos americanos y europeos fin de siglo, hasta las propuestas de Coderch, Moneo y Bofill en ciudades que no le son propias. Las afirmaciones se ocuparán de estudiar aquellas propuestas que en cada ciudad han definido su imagen como reflejo político o económico de los tiempos en los que se construyeron: nuevos sistemas políticos, estrategias económicas y presencias ideológicas están en la base de estos edificios. Por último, los intercambios se presentan como ofertas contrastadas y transferencias culturales que buscan transmitir mensajes desde aportaciones personales u objetivas, que basculan entre la poética formal, la modernidad tecnológica y las lecciones del urbanismo funcionalismo. +info
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