Hoy damos a conocer la propuesta de Intercambiadores Urbanos en el concurso Ideas Urbanas 2.0, realizado por Gemma Serra y Albert Cols.
El punto de partida de la propuesta surge de la interpretación de las nuevas realidades urbanas de Barcelona. El replanteo de las nuevas centralidades de la ciudad hace necesaria una nueva e inminente reflexión sobre el papel que tendrá que adoptar la histórica ESTACIÓN DE FRANCIA.
Después de ser durante muchos años la estación central de Barcelona ha quedado relegada a una estación “cochera” con escasa interacción urbana. Aprovechar esta transición nos permite reflexionar “antes de tiempo” sobre lo que puede llegar a ser sin haber perdido sus propiedades iniciales: un espacio único de encuentro, de reunión y dispersión hacia y desde la ciudad: propiedad sin la cual perdería su razón de ser. Se genera un espacio urbano: un intercambiador modal que invita no tan solo a «pasar», a «estar de paso», o a «transitar» sino a aprovechar y potenciar las NUEVAS FORMAS DE VIDA SOCIAL que genera intrínsecamente con y mediante el uso de las nuevas tecnologías.
La configuración en “cul de sac” y su posición dentro de la ciudad: tangente a la Ronda Litoral y el casco antiguo permite actuar como INTERCAMBIADOR MODAL urbano-interurbano. Además, la entidad simbólica del edificio permite que el habitar de los «ambientes de movilidad» (Bertolini et al., 2003) facilite la aparición de complejidad urbana.
El uso cotidiano de las NUEVAS TECNOLOGÍAS ha cambiado la conexión entre las personas que habitan y andan por la ciudad y la tecnología; dando lugar a la «urbanización ciborg» (Gandy, 2005). «Esta difumina entre espacios digitales y presenciales» (Vivas y Ribera-Fumaz, 2007). A partir de estas premisas se crea un MERCADO DE INTERCAMBIO donde conviven e interactúan. Porque aunque hemos cambiado, es necesario aprovechar el espacio real para realizar un tangibilización del on-line.
Más allá del propio uso como estación-conexión con otros nodos, se reinterpreta como “ESPACIO DE ESTAR”, dejando intacta su estructura y envolvente, e “INVASIÓN VERDE”, como extensión desde el Parc de la Ciutadella. En este encuentro donde la interacción social es clara se aprovecha para generar un MERCADO DE INTERCAMBIO donde quedan presentes las 3R (Reutilizar, Reciclar, Reducir). Las premisas del proyecto garantizan su sostenibilidad ambiental y constructiva.
El vehículo privado convencional, tal y como lo conocemos, desaparece de la ciudad para ser usado únicamente para viajes interurbanos, mientras que el VEHÍCULO ELÉCTRICO (más manejable y sostenible) obtiene mucho más protagonismo, abarcando todo los desplazamientos internos en la ciudad.
Un BOSQUE SOLAR, consistente en placas solares adyacentes a la estación, garantiza la recarga de los vehículos a la espera de los usuarios, en el aparcamiento situado debajo de la estación, y ofrece un umbráculo donde descansar y coger bicicletas eléctricas.
Aunque la propuesta necesita un coste de implantación inicial nada despreciable, el sistema de “car sharing” así como el alquiler de las diferentes zonas habilitadas para desarrollar actividades podría financiar a medio-largo plazo la instalación.
Socialmente, contribuye fuertemente a renovar un tejido urbano cada vez más en desuso, dando la oportunidad al usuario de invadir y apropiarse de él.
El uso de las nuevas tecnologías y herramientas como Skype, Google Drive, Dropbox o Facebook han permitido que este proyecto fuera realizado por sus integrantes separados por más de 1880 Km. de distancia.
Si has participado en el concurso Ideas Urbanas 2.0 y quieres dar a conocer tu proyecto, contacta con nosotros aquí.
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